Alvaro Prieto, arquitecto de infraestructura hospitalaria, siguió los pasos de su padre en la carrera, pero eligió su propia línea con el ámbito de la salud. Prieto trabajó 46 años en el Ministerio de Salud (Minsal) donde forjó su pasión por la arquitectura, así llegó a proyectar más de un millón de metros cuadrados, entre hospitales y otros proyectos. Hoy trabaja en su oficina de arquitectura y hace clases en la Universidad de Santiago de Chile y en la Universidad de Chile, además participa y ha participado en varios congresos nacionales e internacionales.
¿Cuáles son los principales desafíos que ha enfrentado como arquitecto diseñando proyectos de infraestructura hospitalaria?
Justo antes de salir de la Universidad Católica de Chile, en el año 1969, entré a la Constructora de establecimientos hospitalarios (sociedad anónima y sin fines de lucro), donde todos eran profesionales con experiencia en el rubro, en el caso mío, no era así y tuve una gran desafío porque me dijeron que me encargara del proyecto del Hospital San Borja. Ese tiempo fue de mucho aprendizaje; ensayo, error y aciertos, aunque hasta el día de hoy eso continúa y creo que nunca se va a terminar.
¿Cuáles han sido las principales dificultades que ha enfrentado en el desarrollo de proyectos y cómo lo ha resuelto?
El sistema que hoy existe hace que el anteproyecto lo haga un arquitecto y después al desarrollo del proyecto pase a otro. Es los mismo que si a uno le quiten a un hijo y le dijesen que otra persona se lo va a educar.
¿Cuáles cree son los mayores desafíos que tiene hoy en día la infraestructura hospitalaria del país?
Creo que los mayores desafíos se ven en los cambios de la medicina y la tecnología, ya que son continuos y permanentes, entonces uno tiene que irse adaptando y la infraestructura también.
¿Cómo ve las construcciones hospitalarias en Chile? Con relación a América Latina y el mundo.
Siempre hemos estado en muy buen pie considerando al resto de América, en ese sentido no tenemos nada que envidiarle a ningún país. Principalmente, desde el exterior nos llaman para que entreguemos nuestra experiencia, por ejemplo en seguridad de infraestructura antisísmica, teniendo en cuenta que las normativas chilenas están por sobre las exigencias de muchos otros países del mundo entero.
En los 46 años como arquitecto en el Minsal (1969-2015), ¿cómo fue su experiencia en el servicio público del país?
El departamento de arquitectura era absolutamente técnico e independiente de la política, salvo en algunas oportunidades donde algún ministro se involucraba un poco más, pero no demasiado. Nos tocó pasar por gobiernos distintos, pero siempre, o en la mayoría de las veces, nos dejaban trabajar de manera independiente y autónoma. Por lo que el trabajo en el ministerio siempre fue grato y me encantó.
¿Por qué cree que es importante contar con organizaciones que agrupen a los profesionales del sector como AARQHOS?
Porque en Chile no existe la especialización de infraestructura hospitalaria en las universidades, entonces esta es la instancia para hablar del tema, desarrollarlo y aprender. El feedback que se da en AARQHOS es muy importante, pues debemos tener en claro que los hospitales, a nivel social, son la estructura más importante en la ciudadanía; van mucho más allá de la vivienda social ya que los centros de salud toman a todo tipo de persona, independientemente si tiene vida familiar o no, así, al momento de desarrollar los proyectos deberíamos tener el conocimiento necesario de que la Arquitectura hospitalaria está presente desde antes del nacimiento y hasta la muerte de la persona.
¿Cuáles han sido los principales logros que ha tenido esta organización y cuáles son sus desafíos?
Los principales logros es tener un lugar donde podemos debatir, conversar de los temas y compartir experiencias. Aquí, se crea una especie de feedback muy importante porque hay arquitectos involucrados del área privada y pública del país. Estamos formando una cadena de conocimiento.
Además, como AARQHOS estamos bajo el paraguas de la Federación Internacional de Ingeniería Hospitalaria (IFHE por sus siglas en inglés) y eso nos permite tener contactos con el exterior y una experiencia que no se puede tener en otros lados.