Lorena Concha Sánchez es Arquitecto Hospitalario, Proyectista y Consultor con experiencia en la planificación estratégica de proyectos de salud. Con amplia experiencia en construcciones en Chile, se especializa abordando la prefactibilidad y actualmente realiza consultorías para distintas oficinas de arquitectura y centros de salud como Arquitecto Hospitalaria Senior en la reconocida consultora Global – dn. Considera que la unión de gremios con AARQHOS ofrece la oportunidad de mejorar el desarrollo de las infraestructuras sanitarias en Chile, unificando los puntos de vista gremial para optimizar procesos y normativas.

Teniendo en cuenta su experiencia en la industrialización, ¿Qué mejoras aporta este tipo de construcción al rubro de la infraestructura hospitalaria en Chile?

Pese a que existen opciones en el mercado para áreas específicas como pabellones, las cuales otorgan flexibilidad para futuras ampliaciones, inclusión de nuevas instalaciones y/o tecnologías; sus altos costos hacen que sea difícil su implementación en proyectos con gastos de inversión controlados.

Mientras no logremos un desarrollo local realmente industrializado, que permita sistematizar y bajar los costos de construcción, tendremos que seguir conformándonos con soluciones tradicionales, que busquen la estandarización del diseño como mecanismo para lograr rapidez en el desarrollo y ejecución de proyectos, con la intención de reducir el número de interferencias y errores.

De los proyectos en los que ha estado involucrada, ¿Cuál ha sido su favorito, qué obstáculos considerables encontró y cómo se superaron?

Indudablemente ha sido la Ampliación y Remodelación del Hospital del Trabajador, proyecto del cual soy parte desde el 2013 cuando trabajé en la elaboración del Plan Maestro, y luego desde el 2015 cuando pasé a ser parte del equipo de GDN Architects, en el desarrollo del proyecto de arquitectura, el cual seguimos desarrollando en la etapa de arquitectura de detalle.

El proyecto era un reto desde su inicio, teníamos que lograr construir un nuevo hospital dentro de un campus clínico, saturado sin detener el funcionamiento del hospital actual. El llegar a tener un proyecto viable requirió lograr alinear de forma coordinada todas las variables y restricciones que debíamos abordar antes de iniciar la construcción, para esto se definieron y valorizaron traslados, demoliciones y construcciones transitorias necesarias antes de dar inicio a la primera etapa. El proyecto no hubiese sido posible sin el trabajo colaborativo de todos los involucrados; mandante, usuarios, proyectistas, todos apoyados en el desarrollo de los proyectos bajo el sistema BIM, que nos permitía visibilizar las interferencias antes de iniciar la construcción. Por otro lado, la coordinación Lean nos dio la pauta para abordar las restricciones y la secuencia constructiva que debíamos seguir. Ahora estamos en la primera etapa de construcción, hemos tenido buenos resultados y seguimos caminando a la segunda etapa con más seguridad.

¿Cuáles son los mayores desafíos que tiene hoy en día la infraestructura hospitalaria del país?

Definitivamente la construcción de proyectos con infraestructura flexible, entendiendo por esto como la capacidad de crecimiento y modificación sin afectar la continuidad operacional.

Me preocupa en particular que la construcción de la infraestructura pública no considera el crecimiento escalonado de acuerdo al aumento de la demanda, y menos aún considera la flexibilidad de sus instalaciones. Los centros de salud públicos se diseñan para mantenerse por más de 20 años sin pensar en cambios, situación que es inviable cuando hablamos de medicina. La burocracia, la política y la estructura del sistema de salud pública es poco adaptable a los cambios y esa es su mayor falla, pensar que lo que construimos hoy va ser invariable en el tiempo es un error de origen que seguimos arrastrando.

¿Qué expectativa tiene en la infraestructura hospitalaria en Chile y cuáles serían los pasos que faltan por recorrer?

Creo que la salud es un tema instalado en la sociedad, esto nos obliga a mejorar a todos los que estamos involucrados. Por lo tanto, creo que debemos mirar lo que pasa en otros lugares, mirarnos a nosotros mismos y cuestionarnos para empujarnos a subir cada día más el nivel. Soy optimista y creo que vamos en esta vía.

¿Qué nos falta? mejor y mayor normativa para infraestructura clínica. En este punto estamos pasos atrás con respecto a países desarrollados. La normativa actual deja muchos puntos a interpretación, los estándares son muy bajos en algunos puntos y muy estrictos en otros que ya dejaron de serlo. Hay ausencia de actualización con respecto a lo que sucede en el resto del mundo, sin contar que los entes reguladores no conversan entre ellos y las normas se cruzan sin orden alguno.

¿Por qué cree que es importante contar con organizaciones que agrupen a los profesionales del sector y por qué contar con una asociación como AARQHOS?

La única manera de tener voz en la sociedad es por medio de asociaciones que agrupen intereses y pensamientos en común. Si queremos lograr cambios debemos hablar en una sola voz. Para lograrlo debemos reunirnos y comenzar por confrontar puntos de vista, evaluar distintas opiniones, impulsar ideas para luego crecer y lograr una meta común. Sólo con eso vamos a representar el pensamiento colectivo, vamos a tener peso y vamos a lograr cambios que dejen una huella.

AARQHOS tiene mucho camino que recorrer, tenemos que sensibilizar la importancia de participar de sus miembros. Tenemos la oportunidad de fortalecer la asociación para mejorar el desarrollo de la arquitectura hospitalaria en el país, por eso debemos seguir trabajando sin perder el ánimo.