Laura Alarcón es Arquitecto, egresada de la Universidad de Chile y con un MBA en Especialización en Salud. Actualmente, es Subdirectora en Gestión Operacional del Hospital San Pablo de Coquimbo. Para la profesional, a pesar de que la construcción en infraestructura hospitalaria ha ido en aumento, aún falta mucho en términos de mantenimiento, ya que requiere un mayor financiamiento.
¿Cuáles son los desafíos en el área de la infraestructura en el Hospital San Pablo?
Si bien actualmente nos encontramos realizando muchos proyectos de remodelación, habilitación y mejoramiento de infraestructura, el desafío más importante es la próxima licitación para diseñar y construir el nuevo hospital, bajo la modalidad de asociación pública privada (APP), la cual se encuentra programada por el Ministerio de Obras Públicas, MOP, para ser publicada el presente año. Esta obra logrará concretar un establecimiento que responda a las necesidades actuales de nuestra población regional, contando con un total de 605 camas (casi el doble de las que tenemos actualmente), 18 pabellones de cirugía mayor y 4 de operaciones menores, 6 salas de parto integral, 78 boxes de atención y 38 de procedimientos.
El proyecto cuenta con una superficie de casi 140 mil m2, y representa un gran desafío para la comunidad hospitalaria en su conjunto. Además, el uso y operación de esta infraestructura seguirá siendo un reto bajo esta nueva modalidad APP, que nos significa estar preparados como Subdireccion de Operaciones, cosa que estamos abordando al trabajar de manera activa en las etapas previas a la licitación aportando con nuestros conocimientos, y trabajando en forma coordinada con la Dirección del Servicio de Salud, que actúa como Unidad Técnica del anteproyecto.
¿Cuáles son los principales inconvenientes que enfrenta en cuanto a operatividad y mantención de la infraestructura, instalaciones, equipos médicos e industriales en el Hospital San Pablo?
Lo más complejo de abordar es el estado de su infraestructura, considerando que una parte importante del edificio data del año 1974, por lo que muchas de sus instalaciones ya han cumplido su vida útil. En este sector, también se encuentran algunos equipos industriales que tienen tecnologías añosas. Por otra parte, nuestra torre de hospitalización es del año 2008, por lo que se le introdujeron algunas mejoras en ese aspecto, como el control centralizado que nos ha permitido mantener de mejor forma las instalaciones. Sin embargo, el desarrollo de este sistema fue incipiente y solo controla algunos parámetros.
Hay que considerar que las áreas operativas en los hospitales públicos se han desarrollado solo en el último periodo, en nuestro hospital, la Subdirección de Operaciones se creó recién en el año 2017, dependiendo antes del área Administrativa, que se dedica principalmente a las Finanzas.
En cuanto al cuidado de los equipos médicos, la acreditación nos ha obligado a contar con un presupuesto que al menos alcance para que los equipos obligatorios tengan un plan de mantención. Por nuestra parte, tenemos una Unidad de Equipos Médicos que cuenta con un personal que se ha ido profesionalizando en el área, implementando mejoras en el ámbito del manejo y control de mantención. En este último, nosotros solo podemos prescindir de empresas externas, pues al tener todas ellas sus sedes en Santiago, la respuesta ante eventuales problemas no son las que uno desearía.
¿Qué cree se debería realizar en cuanto a diseño (arquitectura) para hacer un aporte a la mantención y operación de hospitales o centros de salud?
Es primordial que los arquitectos tengan presente que los edificios hospitalarios deben perdurar en el tiempo, con el uso clínico que éstos requieren, funcionando 24/7 y manteniendo su operatividad ante cualquier evento. Por tal razón, la elección de materiales debe estar enfocada en su durabilidad y que sean de fácil mantención. Por otra parte, sería ideal combinar la energía renovable con las tradicionales, para disminuir los costos en electricidad. También es importante saber que la operatividad de un hospital requiere de una gran inversión, y que si está mal diseñada puede tener un aumento considerable en este ítem. Si pensamos que los recursos públicos son escasos y las necesidades múltiples, tenemos el deber de ahorrar en el uso de éstos y en ese sentido el edificio debe ser capaz de apoyar esta misión.
Por último, es importante que los diseñadores conozcan el funcionamiento de un hospital, las relaciones funcionales entre área, ya sean clínicas o de apoyo, pues su buena distribución contribuye a un buen uso del edificio y permite que sean eficientes, en el ámbito de los recursos, instalaciones, energía, etc. En este punto es fundamental trabajar siempre con el usuario final para conocer las situaciones especiales de cada instalación, pues si bien existen estándares pre establecidos de diseño, cada recinto cuenta con particularidades que afectan su funcionamiento y que deben ser respetadas.
¿Qué aspectos debería considerar la infraestructura hospitalaria de un recinto de salud para favorecer la recuperación y atención de los pacientes?
La arquitectura en simple medida se entiende como la modificación o creación de espacios para satisfacer las necesidades de los usuarios. En ese sentido, los pacientes de los hospitales están en nuestros edificios para recuperar su estado de salud, por lo que requieren de lugares que ayuden tanto para el desarrollo de las prestaciones clínicas, cumpliendo con los estándares de calidad que se requieren, como con espacios que contribuyan a la sanación. Para eso, es fundamental la buena elección de elementos, como son el uso de colores, formas, iluminación, entre otros.
Además, puede aportar con lugares complementarios, tanto para los pacientes como sus familiares, que cada vez se involucran más con la atención, con programas como el “Hospital Amigo”. Un ejemplo, es que estudios demuestran que los patios en las áreas de hospitalización psiquiátrica son fundamentales para el desarrollo de terapias y actividades. Entonces, ¿Qué mejor que estas áreas sean diseñados especialmente para este fin? Lo mismo ocurre con los espacios para rehabilitación. Debemos considerar la infraestructura hospitalaria como un aporte a la atención de nuestros pacientes.
En el área que se desempeña, ¿cuáles han sido las mayores dificultades que ha enfrentado y cómo logró solucionarlas?
Cuando fui nombrada como Subdirectora de Operaciones del Hospital de Coquimbo, era mi primera vez como funcionaria en un recinto de salud, pues antes solo había trabajado en el área de inversiones regionales del Servicio Salud de Coquimbo. Al comenzar mis nuevas labores, tuve que hacerme cargo de inmediato de la puesta en marcha de una obra nueva ejecutada, dejarla operativa y con las autorizaciones sanitarias correspondientes, lo cual no fue fácil, pues se debe coordinar con usuarios que no necesariamente conocen el proyecto. Además existían muchos elementos de diseño que claramente desconocían las relaciones funcionales y usos de los recintos, por lo que tuve que comenzar a trabajar en forma coordinada con los usuarios de cada área (hospitalización, consultas y hospitalización Psiquiatría), la Unidad de Calidad y las Subdirecciones clínicas involucradas.
Debimos ajustar elementos que nunca imaginé, ya que habían muchos diseños que se utilizaban anteriormente, pero que para los hospitales no resultan. Ahí me di cuenta que es importante que los arquitectos estemos conectados directamente con los usuarios para responder de mejor manera a los requerimientos. Actualmente, me encuentro trabajando en dicho asunto, desarrollando proyectos menores que se deben ejecutar en el establecimiento, al ser la única arquitecto, soy yo quien revisa los planos y especificaciones técnicas con todos los involucrados (usuarios clínicos y profesionales de Unidad de Calidad) durante los procesos, hasta llegar a un producto final consensuado por todos.
¿En comparación con América Latina y el resto del mundo, cómo evalúa la infraestructura hospitalaria de Chile y la mantención de los hospitales del país? ¿Qué falta por mejorar?
En el último tiempo, nuestro país ha tenido un aumento en las construcciones de salud, donde los estándares de calidad han mejorado, respondiendo a las demandas, necesidades y normativas actuales. Sin embargo, aún existe déficit.
Hablando en temas de mantención, encuentro que queda mucho por hacer, sobre todo en el tema del financiamiento. Esta última área, es más bien silenciosa, ya que sólo cuando falla se hace notar, y la idea del mantenimiento es prevenir que existan dichos inconvenientes. Es por ello que debemos considerar al mantenimiento como una inversión a largo plazo y no solo como un gasto. Además, necesitamos mayor profesionalización en esta área, especialmente en mantenimiento hospitalario (en eso también estamos en deuda). Por ejemplo, en Argentina existe el Comité Argentino de Mantenimiento (CAM) quienes el año 2019 desarrollaron el XXVII Congreso de Mantenimiento Hospitalario, cuyo lema fue “Infraestructura Hospitalaria: innovación y humanización”, espacio de conversación donde se reúnen conferencistas de Latinoamérica. También existe una oferta de seminarios en esta área y un programa de Diplomado específico en infraestructura y tecnología en salud, que se desarrolla todos los años en dicho país y también ha sido sede en otros países de Latinoamérica como en Perú. No obstante, en nuestro país, también existe un diplomado de Ingeniería Clínica que aborda temas de mantenimiento, por lo que vamos por una buena senda.
¿Qué opina sobre organizaciones como AARQHOS y su rol en el área de la infraestructura hospitalaria?
Me parece una excelente iniciativa, pues considero que el desarrollo de las distintas áreas y la relación entre los profesionales que intervienen en la infraestructura hospitalaria debe ser estrecha. Transfiriendo los conocimientos que se han obtenidos hasta el momento, aprendiendo de nuestras buenas y malas experiencias, revisando proyectos, creando lazos de apoyo, viendo nuevas tecnologías, etc. AARQHOS crea estos espacios y aprovecha el conocimiento de sus socios. Para los profesionales que estamos en regiones, resulta importante contar con estos nexos que quizás en Santiago son más fáciles de lograr, por lo que creo que esta organización es un apoyo fundamental para el desarrollo de nuestro trabajo.