Nueva Orleans es una ciudad que arrastra una herencia definida por intrincadas conexiones entre las personas, lugares, circunstancias y tiempo. Diez años después de que el huracán Katrina devastara la infraestructura hospitalaria en Nueva Orleans, la reconstrucción del Centro Médico Universitario (CMU), de 1,5 millones de pies cuadrados, celebra la rica cultura de la ciudad y representa su evidente desarrollo post-recuperación.

El Centro Médico Universitario reemplaza al Centro Médico de Louisiana, en Nueva Orleans (también conocido como Hospital de la Caridad), que cerró sus puertas en 2005, luego de sufrir graves daños durante las inundaciones del huracán Katrina. Situado en el centro, en la calle Canal, en el barrio Mid-City, el nuevo centro hospitalario sirve tanto al público de la ciudad, como a las universidades cercanas: Tulane, LSU y Xavier.

El cliente, el estado de Louisiana, solicitó una instalación de última generación, que proporcionara la máxima calidad para la atención al paciente, sirviendo como un centro de investigación académica de clase mundial; la idea fue que se constituyera en piedra angular de un distrito médico en expansión, de manera que se convierta en el faro del progreso de la ciudad, después de la recuperación.

El diseño de UMC (Centro Médico Universitario) refleja el carácter polifacético de Nueva Orleans, pues en el diseño se integró lo atractivo y lo elegante, el pasado y el presente.

Debido a las exclusivas medidas de resguardo patrimonial del centro de Nueva Orleans, el nivel del suelo de la instalación sirve como un sofisticado elemento de bienvenida para los pacientes, los visitantes, el personal y el público en general. Un sorprendente pabellón de vidrio es la puerta elevada de enlace entre el hospital y el centro de atención ambulatoria.

Las alas de la clínica y del hospital se ven interrumpidas por un crucero Art Deco -semejante a las obras de arte del Hospital de la Caridad, que se cerró después del huracán Katrina. Las elegantes superficies lacadas de la recepción y las salas de espera, encuentran su equilibrio en banquetas cómodas de respaldos altos, tapizadas con tejidos ornamentales.

UMC es una instalación de 446 camas; sus amplios espacios interiores logran una sensación de intimidad, calidez y textura, a través del diseño de los elementos claves, que incluye alfombras, paredes laminadas y artefactos de iluminación. El diseño de texturas agrega profundidad y contexto, así como también honra a los iconos locales: las alfombras con dibujos abstractos interpretan la flor de magnolia del Estado de Louisiana; las paredes detrás de las recepciones están hechas de maderas tridimensionales con molduras orientadas verticalmente; así como los muros metálicos retro iluminados de los pasillos, con patrones inspirados en el trabajo metalúrgico de la arquitectura del barrio French Quarter. Además, hay elementos personalizados que rinden homenaje al diseño e icónica arquitectura del barrio francés de Nueva Orleans.

Como el hospital incluye programas de hospitalización y el único centro de trauma de nivel uno en el sureste de Luisiana, el cliente requirió que se proporcionaran las mayores medidas de resistencia posibles. En respuesta a estas necesidades, el equipo de diseño localizó la infraestructura crítica del hospital a por lo menos 6,4 metros sobre el nivel de inundación.

El cliente también quiso maximizar la comodidad del paciente durante toda su estadía, por lo que el equipo de diseño prestó mucha atención a los espacios de tratamiento y del paciente. La codificación por colores, inspirada en la “casa de la escopeta”, arquitectura residencial icónica del Sur de Estados Unidos, ofrece una forma de orientación en todo el edificio. Las áreas comunes, con colores frescos y suaves texturas, complementan las vistas al patio, ofreciendo un espacio de luz y paz para aquellos que reciben tratamiento para el cáncer y sus familias. Ventanas de piso a techo en toda la instalación permiten momentos de tranquilidad para los pacientes y sus seres queridos.

Otro de los objetivos solicitados fue mejorar la experiencia del personal y garantizar una eficiente atención al paciente. Las salas de operaciones, con equipos de última generación, tienen colores brillantes, con gráficas claras, que sirven como dispositivos de orientación rápida en los momentos más críticos. El personal también tiene sus propios balcones y patios, con vistas a espacios privados para sus momentos de relajación.