En estos últimos años se han sucedido grandes cambios, de los cuales las organizaciones de salud no han sido ajenas, especialmente en Sudamérica, inserta en una realidad compleja y dinámica. En la actualidad, el sector salud es un abanico de contrastes en lo referente a las características, cantidad, accesibilidad y calidad de su recurso físico y tecnológico.

Esta disparidad nos compromete a replantear cuáles son las mejores respuestas ante las necesidades y demandas crecientes de la población, que no siempre son sinónimos.

Luego de muchos años de docencia, a nivel grado y posgrado, en el 2011 asumimos el desafío de armar -desde la Universidad ISALUD- una Diplomatura de posgrado interdisciplinaria, donde conjura dos etapas, muchas veces disociadas, estas son: el diseño y la gestión de la infraestructura, y tecnología hospitalaria. El objetivo fue y es generar un espacio de reflexión, entendiendo que en la actualidad -dado el acceso a la información- el conocimiento no alcanza, por lo que se debe sumar la experiencia y ambos alimentar un proceso creativo que permita acompañar los cambios constantes del avance científico.

El desafío actual en las organizaciones es promover espacios de intercambio profesional basados en tres ejes: el pensamiento crítico, la creatividad y la empatía, que permita modificar la cultura organizacional para acompañar los cambios que conlleva la revolución tecnológica que vivimos.

Basamos los núcleos temáticos en los criterios y tendencias que han de tenerse en cuenta al planificar un edificio para la salud, organizados en dos conceptos: la innovación y la humanización.

Dentro de Innovación, la complicación muchas veces se produce por la incorporación indiscriminada de funciones, tecnología, superficies y equipos que lleva a muchas instituciones a revisar su misión, a través de un plan estratégico que le permitiera cumplir su visión mediante la programación de un plan maestro que acceda a la reorganización espacial, planteando objetivos en el corto, mediano y largo plazo, basado en una gestión por procesos.

En este sentido, los cambios de recursos físicos se deben sustentar en una gestión estratégica, basada en la gestión integral de los procesos, lo que implica una visión de estos, así como el devenir del paciente a través del sistema sanitario y en su deseo de conseguir una atención y respuesta única a sus necesidades y problemas de salud.

La gestión por procesos y el monitoreo de estos permitirá introducir las mejoras edilicias para aumentar la satisfacción del usuario interno y externo.

La importancia de la planificación de las acciones que se realicen sobre el recurso físico y la implementación mediante herramientas de gestión e instrumentos adecuados, permitirán ahorrar costos, mejorar la calidad de atención y brindar una imagen de institución competitiva y de excelencia médica.

Debe tenerse en cuenta el plan maestro, el hospital seguro midiendo su vulnerabilidad y flexibilidad. La incorporación de tecnología y conectividad es clave en las organizaciones para fortalecer la competitividad y la eficiencia, supone los “up grade” en el equipamiento y/o sistemas de información que están íntimamente ligados a otro tipo de innovación como es la de gestión.

Pero la incorporación de nuevas y/o actualizadas tecnologías debe ir acompañada del respaldo dado por la infraestructura física, es decir, el edificio, las instalaciones y el equipamiento. En este punto, debemos considerar los nuevos programas, el hospital inteligente, la incorporación de las TIC´S (tecnologías de la información y la comunicación en salud) y la automatización del edificio y las instalaciones.

La noción de Humanización se produce ante la tecnificación de los servicios, la prioridad por la eficiencia y el control de costos, que han hecho que el personal de salud anteponga aspectos administrativos, financieros y procedimentales a la prestación de un servicio orientado al paciente.

Si bien este tema es planteado desde la ética y la integralidad de la atención que involucra al equipo de salud -gestores y usuarios-, el componente de la infraestructura (edificio, instalaciones y equipamiento) contribuye a alcanzar el objetivo de atención humanizada.

En este sentido, debemos poner énfasis en la generación de espacios confortables y contenedores, para lo cual intervienen una serie de elementos. El uso y la selección de colores debe procurar que sean agradables a la vista, que armonicen con el ambiente a crear y que concuerden con el uso dado al lugar, así como los materiales utilizados.

La adecuada selección en el uso de los colores y materiales influyen de manera importante en el estado de ánimo de las personas, especialmente, de los pacientes. Otro punto por considerar en este sentido es la iluminación, la que debe ser principalmente natural.

Los sistemas de orientación y señalización deben estar en todos los lugares públicos y privados con asistencia de personas. La importancia de redirigir y orientar al público es enorme, tratándose de pacientes y, particularmente, por razones de seguridad. Igual de importante es contar con confort acústico y el control de ruidos, así como el diseño de la ergonomía del equipamiento y del mobiliario.

A este concepto se adicionan la búsqueda de la identidad cultural de la comunidad que atiende, el diseño universal que garantice la accesibilidad. La Sustentabilidad debe considerase desde la etapa de proyecto, en el diseño arquitectónico incorporando las siguientes estrategias:

• Respeto al medio ambiente. Utilización de energías renovables como la solar o geotermal. Así como el uso racional de energía. La morfología edilicia: orientación de fachadas y envolventes que disminuyan la demanda de energía.

• El ahorro energético. Reducción del consumo para la refrigeración y la iluminación.

• Conservación y uso racional en el uso del agua. Instalaciones de baja demanda. Diseño paisajístico que minimice la demanda de agua para riego. Reciclaje de aguas grises y recolección de agua de lluvia.

Materiales de bajo impacto. Uso de materiales locales con menor dependencia en el trasporte y promoción de la mano de obra local. Reducción de desperdicios en la construcción. Reciclaje de edificios y materiales. Materiales que no contaminen, ni afecten la salud de los ocupantes.

• Ambientes saludables. Aprovechamiento de la ventilación e iluminación natural. Visuales al exterior y espacios verdes. Confort térmico. Implantar tratamientos anaeróbicos.

En la etapa de operación del hospital, se deberá tender a:

• Residuos. Realizar acciones referentes al reciclaje y reducción de residuos.

• Gestión energética. Establecer un programa de concientización y capacitación al usuario.

Consideramos que es clave trabajar en la capacitación como sustento del quehacer profesional cotidiano, confluyendo el aprendizaje aplicado con la integración teórico- práctica en un fluido y fructífero intercambio académico que trascienda las fronteras. El desafío ha sido crear un espacio interdisciplinario, generando una red de profesionales dedicados a la planificación de arquitectura e ingeniería hospitalaria.