Es común observar falta de mantenciones en recintos hospitalarios en zonas de relevancia dentro de la compartimentación, como lo son las vías de evacuación horizontal y vertical, específicamente, en puertas cortafuego de escape.
Generalmente, dentro de la planificación de mantención de los departamentos encargados por velar por el buen funcionamiento de todos los sistemas dentro de los recintos, no se consideran estos dispositivos, silenciosamente presentes y tan importantes, con lo cual se hace habitual tener como respuesta de los mantenedores, que su concepción de mantención está más ligada a esperar que se presenten fallas para llevar a cabo algún tipo de servicio técnico. Esto, posiblemente, por falta de un conocimiento especializado o de una capacitación dentro de los departamentos de mantención de los recintos, para que realmente puedan comprender la importancia de garantizar las prestaciones de las puertas y que un evento de falla no siempre se presentará por una intervención de terceros que generen daños o sustracciones de parte de sus componentes, sino también por la falta de revisión frente a un uso diario o incluso al no uso o inexistencia de simulacros que demuestren que este conjunto de soluciones de protección pasiva funciona correctamente en una emergencia.
A pesar que estos elementos que forman parte de la “protección pasiva” contraincendios deben contar con un respaldo que garantice cumplir con las exigencias de resistencia al fuego, en relación con el comportamiento que deben mantener en condiciones adversas, como un incendio, y los agentes que en este actúan sobre este tipo de soluciones (contenidas en la OGUC y NCh935-2), existe una tendencia a pensar que estas características son las únicas que se deben asegurar y que al pasar el tiempo y una vez instaladas van, poco a poco, formando parte de un entorno imperceptible en el día a día de los recintos.
Sin embargo, es crucial y muy importante la concientización en los sostenedores de recintos hospitalarios para realizar una planificación del estado de estos dispositivos de evacuación: en este caso las puertas cortafuego de escape, con un seguimiento calendarizado, y no solo considerar este ítem como un gasto, asumiendo simplemente la ejecución de mantenciones correctivas.
Una de las razones por las cuales suele ocurrir este tipo de omisiones o exclusiones en un plan general de mantención en sistemas de protección contraincendios, es el énfasis que se le da solo a los sistemas de “protección activa” contraincendios (central de alarmas, detectores de humo, sprinklers, etc.) y que efectivamente requieren de un programa de control y revisión permanente en su funcionamiento, pero que termina desviando la atención, considerándolos como el único medio de protección en casos de emergencias.
Es entonces recurrente, en la mayoría de los casos, detectar fallas y desgastes en el tiempo dependiendo de la prestación de una puerta. Y los primeros síntomas a la falta de una mantención adecuada afectan a su correcto funcionamiento, como por ejemplo; aperturas y cierres de sus hojas, forzados o en algunos casos, disminución de fuerza del brazo hidráulico en puertas con hojas permanentemente abiertas (pasillos), trabamientos y desprendimientos de conjuntos cerradura-manilla-barra anti pánico (producto de uso desmedido o falta de control de tránsito en cajas escaleras), sustracciones de sellos perimetrales redundantes de estanquidad.
Si consideramos que en nuestro país tenemos no solo catástrofes accidentales como incendios, sino que también nos afectan permanentemente los sismos; estas emergencias igualmente requerirán evacuaciones de los recintos, toda vez que sus intensidades pudieran provocar colapsos estructurales o daños que obliguen al desalojo durante su acontecimiento y en donde las puertas de escape pueden hacer la diferencia entre la seguridad de este acto o transformarse en un obstáculo más en el trayecto a recorrer a zonas seguras y libres de todo peligro.
Es por ello, por lo que las recomendaciones y principios fundamentales de un plan de mantención en puertas cortafuego de escape deben apuntar a cuatro puntos importantes para mantener el perfecto funcionamiento de estos dispositivos, asegurar que las vías de evacuación se mantendrán siempre en condiciones seguras y expeditas para las personas y como acceso de los agentes activos como bomberos en su actuar y, por último, garantizar una vida útil prolongada y programada en el tiempo.
De ahí que siempre se deba considerar:
– Revisiones mecánicas programadas de los herrajes, considerando estos como cierrapuertas o brazo hidráulico, cerradura-manilla, barra anti pánico y selectores de cierre de hojas.
– Revisión y reposición de los sellos perimetrales redundantes de estanquidad (junta intumescente).
– Correcto uso del tránsito exclusivo en la caja escala, solo en emergencia o simulacros; limitando el paso a las personas en su interior, utilizando la cerradura y cilindro como el primer control de acceso a la penetración de este recinto y no como un uso habitual entre pisos.
– Realizar simulacros de incendio o señales, verificando y revisando que los sistemas de retención eléctrica adicionados en puertas de pasillos liberen las hojas de estas y revisando las potencias de fuerza de cierres de las hojas a través de los cierrapuertas o brazos hidráulicos; ya que, en estas puertas en particular, por su condición de abiertas permanentemente, este elemento de cierre de hojas se encuentra constantemente trabajando a su potencia máxima en retraer estas.
La no revisión y mantención de ellos puede disminuir considerablemente esta fuerza que se requiere para cerrar las hojas de la puerta en su marco, permitiendo el paso de agentes del incendio como gases tóxicos e inflamables provocando la falla en la compartimentación de los pasillos que se verían inundados por estos, reduciendo los tiempos de la evacuación hasta 0 y finalmente transformarse en una catástrofe.
De esta manera y llevando un programa registrado por parte de los departamentos de mantención de cada visita realizada por especialistas en servicios de mantenciones, pueden dar un seguimiento y control de las condiciones de puertas cortafuego de escape y sosteniendo en el tiempo tanto la plusvalía, vida útil y seguridad de las personas y los recintos hospitalarios en nuestro país.