Estimados socios de AARQHOS, el gran protagonista de este número es el COVID-19.

Incluso que sea yo quien dirija a ustedes estas palabras en esta oportunidad también se debe al inesperado virus, ya que otro socio-presidente debía hacerlo de acuerdo a estatutos. El ‘poderoso diminuto’ amarró a la directiva en el cargo y esperamos que pronto puedan relevarnos.

El poderoso diminuto fue capaz, también, de cambiar TODO en TODO el mundo. Parece increíble que una ínfima molécula, invisible y diminuta aplasta la poderosa economía global, donde sólo se salva la producción de alimentos (= vida) y medicamentos (= sanación).

En nuestro quehacer hospitalario, el poderoso diminuto modificó clínicas y hospitales. Los transformó rápidamente en establecimientos integrales de Urgencia Respiratoria. Obligó al personal sanitario a darlo todo. Relegó otras enfermedades al anonimato y la medicina de consulta pasó al último de los lugares. Impulsó la telemedicina. Creó nuevas instituciones como las residencias sanitarias, los anexos modulares o de campaña y los traslados aéreos de pacientes a regiones o vice-versa. En Europa, incluso, de país a país. En América Latina no somos tan solidarios aún. ¿Qué viene a futuro en lo hospitalario? Algo me dice que me decepciona lo que pueda venir a futuro, porque lo que sí veo es que no sabemos aprovechar ni siquiera lo que tenemos hoy, en el presente.

Tenemos programas como CONSTRUYE 2025, iniciativa CORFO que busca transformar el sector construcción desde la productividad y la sustentabilidad, para lograr un desarrollo nacional que impacte positivamente los ámbitos social, económico y medioambiental. Tenemos desde fines del año pasado el COVID-19 que impactará los nuevos programas médico-arquitectónicos (PMA) hospitalarios. Tenemos megaproyectos hospitalarios de MINSAL en pleno desarrollo –como los nuevos Hospitales Barros Luco Trudeau, Dr. Sótero del Río y Provincia Cordillera– con más de 450.000 m2 a edificar y más de 2.000 camas a implementar. Todos con avanzada tecnología de aislación sísmica, de fabricación nacional.

Tenemos una industria existente, productora de prefabricados de hormigón armado, como HORMIPRET-HORMISUR, TENSACON y TENSOCRET. Tenemos, sólo en los tres proyectos indicados anteriormente, una necesidad potencial de prefabricación de los más diversos elementos estructurales, tales como 6.800 losas de HA de 64 m2, 11.000 pilares de HA de 4,50 ml y 17.500 vigas de HA de 8,00 ml.

Tenemos TODO lo anterior, que es MUCHO y que muchos quisieran tener, y …

– No implementamos de una vez la industrialización de la construcción, para lograr que llegue a ser realidad la construcción limpia, con eficiencia y eficacia, sin residuos de obra, con menores plazos, para hacer realidad la economía circular.

– No actualizamos aún ningún PMA. No ponemos al día los proyectos hospitalarios en desarrollo con los nuevos impactos del COVID-19, de modo que cuando se inicie su ejecución, llegue a ser realidad en 4 ó 6 años más.

– No valoramos lo que tenemos ¿lo vemos? somos lentos, reacios al cambio tecnológico y no nos entusiasma la modernidad.

– Por eso me decepciona un poco lo que nos depare el futuro, COVID-19 de por medio. En esta época de pandemia deseo que esta decepción un tanto personal no sea contagiosa como el poderoso diminuto y despierte a quienes debe despertar! Hace 40 años veía en mi oficina en Düsseldorf, Alemania como el imponente edificio de enfrente crecía en obra gruesa a razón de un piso por semana. Luego bajaba un piso cada diez días en instalaciones y terminaciones. 15 pisos en 40 semanas, 9 meses.

Esto tiene un nombre y se llama PRODUCTIVIDAD.

Allá debemos llegar.

Un fuerte abrazo,

Arq. Heriberto Hildebrandt Klapp

PRESIDENTE DE AARQHOS