“Los proyectos deben pensarse en su uso futuro, tratando de anticiparse a los problemas”
Felipe Muñoz es Arquitecto de la Universidad de Talca y actualmente se desempeña como Socio Fundador de ViVa Studio. Su experiencia en Diseño
Arquitectónico Hospitalario se basa en haber participado en distintos proyectos, tales como el Hospital de Cauquenes y el Hospital de Constitución, ambos ubicados en la Región del Maule. Frente a esta experiencia, Felipe evalúa desde su visión la Infraestructura Hospitalaria en Chile, analiza los desafíos del país frente a la pandemia de COVID-19 y mucho más.
De los proyectos hospitalarios en los que ha estado involucrado, ¿Cuál hasido su favorito y por qué?
El primero, la Inspección Técnica del Hospital de Talca. Vengo de un contexto donde al salir de la Escuela de Arquitectura, no había muchas opciones de trabajar en proyectos más complejos que una vivienda social o grupo de departamentos, y se me dio la oportunidad de entrar en el Hospital al año de haberme titulado.
Fue una explosión de aprendizaje, hacer redes, conocer metodologías nuevas de trabajo y lo mejor es que era un proyecto de salud, donde uno sabe que el impacto de lo que se hace llega a muchas personas.
En el área de diseño y arquitectura , ¿cuáles han sido las mayoresdificultades que ha enfrentado y cómo logró solucionarlas?
Desde mi experiencia en diseño hasta ahora, las mayores dificultades han sido lograr aunar y coordinar criterios, principalmente entre mandantes (altos cargos en Servicio de Salud), funcionarios y jefaturas de turno del tipo político, ya que muchas veces las visiones se contraponen y tiende a primar el indicador $/m2. Sin embargo, uno logra intuir que no es el único indicador, ni tampoco el más válido.
Un ejemplo práctico puede ser la cabida y calidad que tienen los espacios comunes de funcionarios dentro de los recintos, ya que desde mi experiencia, muchas veces no se les da la calidad arquitectónica que tendría un recinto público.
Sin embargo, son espacios que habitarán las mismas personas todos los días, y si la calidad de estos inconcientemente los afecta negativamente, por consecuencia estas frustraciones pueden desembocar en el trato con los pacientes o público en
general.
Según su opinión ¿Qué expectativa tiene en la infraestructura hospitalaria en Chile y cuáles serían los pasos que faltan por recorrer?
Aún no lo tengo claro. Me ha ocurrido que en cada proyecto aprendo algo nuevo, por mínimo que sea, incluso aunque pareciera que se repiten muchas cosas. Eso sí, lo que resuena conmigo es el diseño, la eficiencia y eficacia en todo sentido. Pienso que mi camino avanza en el sentido de que lo que se haga, apunte a la eficiencia de los recursos y como arquitecto, procurar que el resultado sea un aporte a la comunidad, con belleza, un aporte al habitar humano. La metodología BIM me ha ayudado bastante a ir visualizando esto. Lo concreto es que sí o sí me iré perfeccionando en esta metodología, a la vez que la iré aplicando en los proyectos que participe.
¿En comparación con América Latina y el resto del mundo, cómo evalúa la
infraestructura hospitalaria de Chile y la mantención de los hospitales del país? ¿Qué falta por mejorar?
La verdad no tengo referencias del resto de América Latina. Pero sí salta a la vista lo necesario que es un “cambio de switch” en las personas involucradas en los proyectos de salud, tanto en su gestación como en su operación. Todas las opiniones pueden ser válidas en un determinado momento o ciclo de vida de los proyectos.
Los proyectos deben pensarse en su uso futuro, tratando de anticiparse a los problemas que pueden tener y que desde el jornal hasta el ministro de turno entiendan por qué hay que hacerle mantención a “esa tubería en ese momento”, no antes ni después.
Pienso que comenzará un cambio positivo cuando se entienda que es un círculo vicioso que “el equipo de oxígeno falle y deje a un paciente sin este gas, lo que le genera secuelas graves, de las que el estado tendrá que hacerse cargo con los impuestos de todos. Todo porque no se aprobaron los recursos para hacer una mantención preventiva a tiempo y/o quien tenía que arreglarlo no lo hizo cuando debía o como debía. Además el estado se quedó sin recursos para sostener este “gasto”, lo que obligó a priorizar el presupuesto a este ítem, en desmedro de otras actividades que necesitan desarrollarse para mejorar la calidad de vida e integridad de las personas para que no se enfermen y no tengan que terminar en un hospital conectados a la misma máquina de oxígeno”. Por tanto es una labor de todos, porque nos afecta a todos. Algunos ya hemos ido
concientizándonos.
A su juicio, ¿cuáles son los mayores desafíos que tiene hoy la infraestructura hospitalaria del país con la pandemia del Covid – 19?
Pienso que la salud en general, más allá de la infraestructura hospitalaria, tiene el desafío de tomar en serio la Salud Preventiva Integral y Holística. Se ha visto en esta pandemia que las personas más afectadas han sido quienes no han tenido una salud íntegra, con enfermedades de base y/o hábitos en desmedro de su salud. Mantener a personas sanas mental y físicamente nos llevará a enfrentar de mejor manera cualquier pandemia. Respecto a los hospitales, se vio un poco reflejado el problema de hacerle caso al factor $/m2, al ver que faltaban recursos en muchos establecimientos, faltaba espacio, etc. El desafío que veo acá es llegar a un consenso entre los actores involucrados en estos proyectos, para afinar indicadores más precisos que no necesariamente tengan que ver con el factor dinero. Dicho de otra manera, pensar realmente a largo plazo, en todo el ciclo de la vida de la infraestructura.
¿Qué opina de organizaciones como Aarqhos, que reúne a los profesionales de la Infraestructura Hospitalaria?
Siempre es bueno reunir y que se conozcan quienes tienen temas y aspiraciones afines, así se logran sinergias muy positivas, y Aarqhos hace un buen papel en este tema.
Aún soy nuevo en Aarqhos y me tocó vivir esta pandemia, por tanto siento que aún no he “experienciado” lo que significa estar aquí, pero ya llegará el momento.