En el marco del Seminario “Criterios de diseño enfocados en la recuperación del paciente” realizados por AARQHOS a fines de 2019, tres colegas hemos desmenuzado y graficado algunos resultados que, a propio criterio, nos han llevado a imprimir estas líneas en este pandémico anuario 2020.

I .- ALETARGAMIENTO (PRIMERA PARTE) Parecían estar confundidos, pero en realidad ninguno sabía bien por qué se negaban, solo nos decían “es más caro”, solo nos decían “es tecnología de primer mundo”, y uno podía creer que la mano de obra poco capacitada era la única razón de peso. Y claro, en la misma plaza de acceso el césped estaba seco. Nos confundíamos después de tanto menoscabo, me – noscabo que venía de una sucesión vertical de encargos, haciéndonos parecer completamente impetuosos y desvin – culados de la realidad. Y claro, se necesitaba una ampliación en la residencia médica, y nosotros hablábamos de recuperación de pa – cientes mirando el paisaje a través de la ventana. Entre tanto…, nuestros pacientes, en salas de espera, pasillos, una cama, camilla, de pie, a las 5 AM esperandofuera, a veces mejor, a veces peor, vuelva mañana no hay médico de turno…, se terminaron las horas… -“…Tipologías, Categorías, Clasificaciones, Complejida – des…”-, eran los prismas con que recogíamos la informa – ción (a veces demasiado fría) y las experiencias a lo largo de la jornada, con la cual comprometíamos una fidelidad de nuestro encargo en las áreas de salud… Hacíamos dibujos y solucionábamos contingencias, cada vez de manera más eficiente y casi nos gustaba ser útiles, pues esa utilidad no nos comprometía en lo más mínimo con la responsabilidad de haber decidido cuales eran las prioridades. Estaba claro, la prioridad estaba en el giro del negocio, vale decir la medicina alópata y no la alternativa. También claro está que una planta es patrimonio de la naturaleza, por lo que un laboratorio no la puede patentar, solo puede sinte – tizarla para poder comercializarla con su nombre patentado.Había tanta información que procesar para acomodar en una realidad acotada, dentro de un mundo llamado hospital: muchos actores interesados, muchos intereses creados y por largo tiempo, incesantes requerimientos y escasos recursos, mucha decepción, mucho escepticismo. Al pasar la tarde nos juntábamos y tomábamos unas cervezas despotricando contra nuestras autoridades -de cualquier tipo- y culpábamos a las grandes empresas inmobiliarias por buscar solo la máxima rentabilidad económica, generando barrios para unos y para otros y así se deterioraba cada día un poco más nuestra ciudad y con ella nuestra sociedad y su salud. ¿Era así? ¿Eramos así? ¿No entendíamos la sostenibilidad? -desarrollo que asegura las necesidades del presente, sin comprometer las necesidades del futuro- ¿No teníamos responsabilidades? ¿Eramos una sociedad infantil? ¿No eramos responsables de la inequidad social y nos hacíamos pipí? Sorprende y sobrecoge la infinita paciencia de las salas de espera, tímidas, residuales, que reciben un amplio espectro de emociones: incertezas, esperanzas, desahogos, alegrías, despedidas.

II.- BUENOS DÍAS, ¿QUÉ PIENSAS HACER HOY? (SEGUNDA PARTE) Hoy debemos proteger nuestro medioambiente, debemos unirnos como ciudadanos, debemos concordar, nuevamente, una y muchas veces más en los alcances que nos hagan más humanos, más comprometidos y horizontales, en definitiva mucho más saludables. Una nueva Constitución, salud como derecho fundamental, resguardado por el estado, hospitales públicos, acceso para todos, sin privilegios…, salud sin privilegios, sin rentabilidad, sin negocio, la genuina voluntad de sanar y prevenir la enfermedad, el cambio del paradigma. Después de muchas juntas, tan confundidos no estamos, cuanto antes se hace necesario intervenir desde el propio origen del recinto hospitalario y su entorno inmediato, debemos involucrarnos desde el modelo de gestión que gobernará el proyecto y sus objetivos. Pareciera que es desde aquí que se debe declarar la intención y entendimiento de la necesidad de cambios, puentes de conversación, relaciones socio-biológicas que sean capaces de responder no solo en tecnología, sino también en salud para naturalizar al ser humano.

ENTONCES, NO HAY TIEMPO QUE PERDER!!! Esta encuesta, que refleja la opinión de una serie de profesionales especialistas en salud, tiene carácter y fuerza, por lo mismo quisimos publicarla con una gráfica amorosa, como información y gráfica relevante, que aporte en el avance hacia una arquitectura más saludable, responsable y crítica de su sociedad, conformada por profesionales que se malacostumbraron a no discutir o bien fallar en los argumentos, dejando las decisiones importantes al libre arbitrio de los intereses meramente económicos (no ecológicos), pasando por encima de intereses sociales y ambientales. La biopolítica, en adelante, deberá resguardar el bien común que a su vez terminará devolviéndole, paradójicamente, dicha responsabilidad al Estado. Si ambos abanicos de realidades tan diversas, desde dentro del hospital y de quienes irremediablemente deben asistir, se pudiera abrazar con un solo gesto que pudiera devolver la tranquilidad que saldrá todo bien “pase-loque-pase”, esta sería la satisfacción fugaz de quienes imaginamos/proyectamos los espacios para la salud, en donde todas las diferencias válidas que nos separan, no pesarían más que una solución democrática que nos acoja a todas y a todos enarbolando una nueva idea de sociedad que recupere nuestra maltratada dignidad.

 

Hoy, la sostenibilidad, la salud y el bienestar, comienzan a ser un buen negocio, y nos atrevemos a sentir que existe un florecimiento natural y humano, que incluso podría impulsar la ambición de recuperar un territorio hacia una ciudad saludable, como tantas veces lo hemos hecho, siglo tras siglo, en nuestra historia.